Responsabilidades del administrador
El administrador tiene la responsabilidad de guiar a la organización hacia sus metas maximizando resultados y minimizando recursos.
Eficiencia significa usar los recursos de manera óptima; eficacia, lograr los objetivos propuestos; y efectividad, combinar ambas para producir resultados de calidad en tiempo y forma. Productividad es la relación entre insumos y productos, y se mejora aplicando innovación, capacitación y control. Estas dimensiones no son solo métricas sino criterios éticos y profesionales: un administrador responsable busca cumplir objetivos sin derrochar recursos ni deteriorar el bienestar de los colaboradores. Medir y equilibrar estas variables permite evaluar su desempeño y diseñar planes de mejora continua.
(Salgado Benítez et al., 2016, pp. 39–40)
Las funciones clásicas de la
administración son:
·
Planeación:
definir objetivos, estrategias y acciones, anticipando escenarios futuros.
·
Organización:
estructurar recursos, establecer jerarquías y asignar responsabilidades.
·
Dirección:
liderar, motivar y comunicar para que las personas ejecuten los planes.
·
Control:
medir resultados, compararlos con metas y corregir desviaciones.
Las habilidades
requeridas para cumplir estas funciones se agrupan en:
·
Técnicas,
para dominar procesos específicos y herramientas de gestión.
·
Humanas,
para interactuar eficazmente, negociar, resolver conflictos y liderar equipos.
·
Conceptuales,
para tener visión global, analizar el entorno y tomar decisiones estratégicas.
El equilibrio entre estas habilidades varía
según el nivel jerárquico: los directivos necesitan más habilidades
conceptuales, mientras que los mandos medios y operativos requieren más
habilidades técnicas y humanas.
(Salgado Benítez et al., 2016, pp. 40–43)
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