Globalización
La globalización es un proceso que integra economías, culturas y tecnologías
en un contexto mundial interconectado. En el ámbito administrativo implica que
las organizaciones se enfrentan a mercados internacionales, mayor competencia,
movilidad de capital y de talento, y cambios constantes en las demandas de los
consumidores. Las empresas deben adoptar estrategias globales y desarrollar
competencias interculturales para operar en múltiples entornos legales y
sociales. Esto conlleva la necesidad de manejar cadenas de suministro
internacionales, estándares de calidad globales y políticas éticas universales.
Desde la perspectiva del administrador, la globalización es tanto un desafío
como una oportunidad, ya que amplía los mercados pero también exige innovación
continua y adaptación flexible.
(Salgado Benítez et al., 2016, pp. 28–30)
Ventajas: acceso a capital internacional, intercambio de
conocimiento y ampliación de mercados.
Desventajas: competencia global intensa, cambios regulatorios
frecuentes y riesgo de pérdida de identidad cultural (Salgado Benítez et al.,
2016).
Se describe la globalización como un proceso de interconexión económica, social y cultural que ha modificado la gestión de las organizaciones. Las empresas operan ahora en mercados internacionales con retos de competitividad, innovación y diversidad cultural que impactan sus estrategias y estructuras (Salgado Benítez et al., 2016).
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