Ética empresarial
La ética empresarial implica la aplicación de principios morales en la
gestión de negocios. Supone actuar con transparencia, respetar leyes y derechos
humanos, cuidar el medio ambiente y mantener relaciones justas con todos los
grupos de interés (empleados, clientes, proveedores, comunidad, accionistas).
La ética empresarial no es solo un deber moral sino un factor de
competitividad: mejora la reputación, atrae talento y clientes, y reduce
riesgos legales. Incorporarla requiere definir códigos de conducta, capacitar
al personal y alinear políticas con valores corporativos. El administrador
juega un papel clave como modelo ético y garante de que las decisiones se tomen
con responsabilidad social.
(Salgado Benítez et al., 2016, pp. 71–75)
Ventajas: mejora la imagen, atrae talento y clientes
responsables; favorece la sostenibilidad.
Desventajas: puede generar costos adicionales de
implementación en el corto plazo (Salgado Benítez et al., 2016).
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